El mapa del universo

El es un hombre joven, apuesto, delgado y tiene mucho estilo al entrar a cualquier lugar.  Sus ojos claros, dejan ver cierta inocencia y ternura, al pedir de forma discreta y casi al oido un libro para su novio.

- Esta vez quiero sorprenderlo y dejarlo con la boca abierta - me dice.

Buscando entre varios temas, porque él, nervioso, piensa que tan sólo le queda un día para encontrar el regalo perfecto para su querido amado.  - Intento tranquilizarlo y le digo que seguramente encontraremos algo - El mira al techo y dice que tiene que ser algo que tenga tapa dura, páginas esmeriladas y color perla, impresión de alta calidad y sobre todo que se vea todo el amor adentro.  En ese momento se le ocurre una idea.

Su novio, experto en tener todos los juguetes que salen en el mercado se ha comprado un último telescopio de gran tamaño, el cual a instalado en su último piso de su apartamento penthouse, donde por las noches nubladas de esta ciudad, busca de manera permanente descubrir nuevas partes del firmamento.

Así que buscando entre los libros de astronomía encontramos un hermoso libro llamado "el mapa del universo".  Ambos sentados en una mesa, pasamos las hojas descubriendo cada detalle.  Efectivamente, era un libro que nos dejaba a los dos como él quería: asombrados.  En cada página com un atlas, el libro ilustra todas las estrellas y los pequeños objetos no identificados.  

Esa noche al salir de la librería, poniendome la chaqueta y fumandome un cigarrillo para espantar el frío, miré hacia el cielo viendo pequeñas lucesitas que andaban por ahí, pensando que mañana sería el día cumbre en que el querido joven que buscaba un libro para su novio, sentado en la terraza del apartamento de su amado, quizás luego que la fiesta se hubiera acabado, uno junto al otro, buscarían en el cielo una estrella a la cual mirandose a los ojos tendrían la misma luz de saber que se amaban, dentro de su propio universo. 

Días después pasará contento por la librería, al que al saludarlo le pregunté:

-  ¿Cómo te fue con el mapa del universo?

Sonriente, el respondió: - Muy, muy bien.  Por eso ahora vengo a comprar un libro para mi suegro.

Pero eso es ya otra historia.

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