Los politicos

- Mi amor, cuánto cuesta esto? -
- Melisa, no mi amor -  respondo -  y añado : - no sé señor - .
El hombre me mira y dice : -Será que alguien sabe? Qué pasa en este lugar?.   -
- Seguramente alguien sabe, pero tiene que esperar - le digo, mientras apilo unos libros junto a otros.

Son tres hombres, políticos me dicen después cuando se han ido.  Soy absolutamente ignorante acerca de las personalidades, no reconozco ni a los actores de la televisión ni a los que controlan este país, sé que es una falla pero lo prefiero así, es una escogencia personal, que me ha llevado a ofrecerle al autor su propio libro, o a un cineasta su propio dvd, sin embargo creo que la ignorancia escogida es mejor que la ignorancia no escogida, por esto es que ésta se manifiesta espontáneamente ante estos personajes, políticos del congreso, que me llaman mi amor.
Me río internamente, imagino que deben ser señores a los que se les llama, señor concejal, señor presidente, doctor o patrón.  Pero a mí me gusta llamar a la gente por su nombre a pesar que tengo un defecto genético de grabación cerebral equivocada y termino por decir otro nombre diferente.  Los apodos me gustan más son más cercanos y siempre tienen cariño,  por ésto a éstos los llamo los políticos.

Los políticos y yo no tenemos nada en común, tan sólo el mismo piso que tocamos.  Sus movimientos son bruscos y quienes creen que controlan, a la larga en un espacio como la librería, se dan cuenta que ni siquiera controlan sus nervios, pues poco a poco se impacientan de la no eficacidad.   Al llegar los políticos, ningún librero quiere moverse, es más todo se vuelve lento, es algo malvado lo acepto, pero hacemos todo lo posible para que se desesperen.  No sé muy bien porque hacemos eso, si es por el placer nuestro de ignorarlos mientras ellos gritan que se les atiendan, o quizás porque sabemos que no vienen a la librería por los libreros o los libros, sino como escenario donde uno de ellos le puede mostrar a los otros lo grande que es diciendo títulos y autores.

Yo digo títulos y autores a diario pero reconozco la mayoría de veces que no he podido leerlos, pero ellos dicen haber leído todo.  Los políticos se van ese día un poco rabiosos y pienso que en las leyes del marketing, es mejor perder a un cliente que es cansón que perder el tiempo con ellos. Así que el silencio entre ellos y yo, los hace ir y me digo, al fin al cabo si la politica me afectara quizás les diría algo amable, pero no importa que títere esté en el poder , seguiré trabajando igual y con el mismo empeño.  Y seguramente si ellos, me pidieran gentilmente un favor, seguro se los haría con gusto sin importar ¿?

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