Ser escritora

15 días ya han pasado, sin que haya publicado.  Virgina Woolf decía que una mujer que desee escribir necesita tan sólo un cuarto propio y dinero.  Tengo lo primero pero no lo segundo pero eso no me impide que la módica suma de un trabajo físico remunerado por horas no sea recompesada por algo más valioso que el dinero, como son las historias y los encuentros a los que el destino deja que yo me acerque o más bien que éstos se acerquen a mí en la librería.

Por 1.25 céntimos de euro se calcula mi pago por hora en la librería, 2 dólares, o 4.000 pesos, lo que hace que el cuarto de hora sea, más o menos 0.30 euros, 0.5 dólar o 1.000 pesos, lo que lleva a que el minuto sea a menos de 0.02 euros, moneda que ni siquiera existe ,0.0333 de dólar , o 66.67 pesos colombianos.  Sin dejar atrás, que los céntimos de euros, nos permiten a los libreros almorzar una pequeña merienda, mientras todos juntos alrededor de una sopa, sabemos que nosotros, los libreros, estamos en vía de extinción y por lo tanto en tiempos de guerra, las raciones entre amigos saben mejor.

Pero he descubierto que estas sumas y restas de minutos no se comparan al valor de poder hacer a la gente feliz, pues escoger ese libro que hace sonreír al destinatario, al servir una taza de café con gusto, al intentar una forma de corazón en un cappuccino para dos enamorados, al mover toda la sección de ciencia en 15 minutos y armarla en unos 30 minutos más, al dejar que al final del día mis uñas llenas de polvo se escondan dentro de los bolsillos al saludar a gente distinguida en una exposición nocturna, o al sencillo hecho de poder compartir mi vida en un trabajo que sencillamente no tiene precio, me hace ser feliz y me hace sentir que escribo por un motivo.

Pues el ser librero, es ser escritor, y por eso a pesar que han pasado quince días, escribo. Años después leeré y saborearé esta linda tarea que practico a mis 27 años.  Me han dicho el otro día,: - Estás desperdiciando tus años de actividad productiva.  

Es curioso cómo parece ser tan extraño para el resto del mundo una persona que sobreviva por sus propios medios, escogiendo lo que realmente quiere hacer.  No creo que desperdicie mi vida, al contrario, la humildad y la nobleza de este trabajo me hace ser una mejor persona, pues cuando voy a otro sitio y veo las capas sociales de nuestro país, reconozco el cansancio del otro en mi espalda cuando amablemente me trae un plato de carppaccio.  

Si muchos entre nosotros, realizáramos un trabajo no remunerado "como se debe" a nivel económico, el mundo andaría mejor.  Pues si todos de forma pasiva esperamos a que nuestro trabajo sea justificado en números y no sentimos la satisfacción de realizar un trabajo sencillo y bien hecho cómo el levantar una caja, pero levantarla bien no aprendemos que a veces el dinero no lo es todo, y le digo no a Virgina Woolf, una mujer no necesita de un cuarto propio y dinero para ser escritora, tan sólo necesita un poco de silencio y algunos cigarrillos, por los menos los que queden, no un número exacto. 

1 comentarios:

mielconejo dijo...

Parece ser que el escribir no requiere de cuarto o dinero. Parece ser que escribir requiere de algo de soledad. De una sensación de abandono frente al mundo, ó al menos una necesidad de ella.

y bueno, un medio de publicación y difusión; el libro y los libreros, o bien el blog y los bloggeros. : )