Hay gente en nuestro país que sueña con vivir en Estados Unidos, muchos confiesan y dicen "yo no quiero vivir el sueño americano, ni iré a limpiar mesas para gringos gordos y sucios, pero porque no intentar ir al país del norte que da tantas cosas que ver". De esta forma, y manejando esta actitud llega una joven de unos 25 años, buscando desde la entrada.
- Tiene una guía Lonely Planet de Estados Unidos. Al mostrarle tan sólo la guia de Nueva York, dice - pero no tiene una de todo, todo Estados Unidos. Me quedo pensando y me doy cuenta que reunir a uno de los paises más grande del mundo en una guía que no pese más que un directorio telefónico no existe. Afirmo con un - No, no hay. Entonces acelerada, mira el reloj, y dice tengo una cita en 3 minutos. Que hago? se pregunta en voz alta.
Sinceramente la miro y le digo, - es la primera vez que viajas?. Y me dice de forma, fuerte, moviendo su cabeza de un lado a otro diciendo, obvio que no, ya he ido varias veces pero esta vez quiero conocer algo que no he conocido.
Imagino a esta colombiana viajando a visitar una Universidad en Nueva York, durmiendo si es aceptada por los papeles de residencia estudiantil y un monto de más de unos cuantos miles de dolares en la cuenta bancaria, durmiendo en el frío de la ciudad, diciéndose que es de lo mejor vivir en Nueva York, porque la ciudad nunca duerme, Manhattan está ahí y los hot dogs, alivian en hambre, pero en casa dirá que acabo de cenar en un restaurante de Balí, exquisito.
Ahora pienso en el frenesí de la ciudad mientras ella mira la guía y pregunta el precio. - Tan costoso y ni si quiera trae fotografías. Le explico que ese tipo de guías se reactualizan cada año, garantizando a los viajeros que lugar debe ir, y que precio pagará por su hot dog, según cada esquina claro está.
Afirma que no la va a comprar, sin embargo le interesa, así que le digo que no se preocupe, que lo mejor es que se compre una allá, y pienso internamente, sería mejor que busque alguien que la haga subir a un hotel de 60 pisos, y mire el cielo y se de cuenta, que quizás con un martini en la mano, viendo desde el rascacielos Nueva York se ve amigable y es quizás conquistable como si el turista y emigrante colombiano, pudiera volar como SuperMan y ser una estrella en una galaxia donde todos quieren brillar. Pero muchos olvidan, que las estrellas no existen, y al partir se va como una, diciendo gracias, pero volveré, cuando regrese de New York. Las estrellas muertas ya están y tan sólo queda su reflejo, como el suyo al partir por la puerta.
0 comentarios:
Publicar un comentario