Amamos España

Dos lindas jóvenes de 30 años entran con la intención de conseguir un regalo para una amiga cercana que se casará. Es un regalo de shower, palabra gringa que se utiliza para celebrar durante meses antes de un matrimonio miles de reuniones donde se ofrecen múltiples regalos a la futura pareja, que será feliz rodeada de las familias y amigos, y que aquí se pronuncia "chauer".

Ellas aman la librería, les gusta el ambiente y están seguras de encontrar siempre algo interesante que les guste. Por eso me miran y dicen entre ellas
-"Sería delicioso trabajar en una librería, no es cierto?".

Mucha gente piensa que el trabajo del librero es sentarse a esperar que lleguen las personas interesadas y tomar un libro y presentárselos. Sin embargo, el trabajo del librero es en parte cargar cajas, esconder los libros de mal gusto, desplazar muchos libros a la vez, volver a cargar cajas, alzarlas y luego apilarlas de manera que se pueda generar un espacio en un lugar donde cada milímetro es importante puesto que ahí, en ese milímetro, podrá ir un nuevo libro de forma vertical. Visto de esta forma el trabajo en la librería es un trabajo más físico que mental, no obstante mal olor del sudor y del polvo, el librero logra finalmente encontrar un libro para gente amable y sobre todo que huele bien.

-Si ciertamente es un trabajo agradable, estas dos mujeres encontraron gracias al librero los dos regalos para su evento, un rompecabezas de toros y un libro de cocina española.
Después de casi 200 años de independencia todavía existe gente a quienes las tapas, el jerez, los toros y las arenas les causan placer.
Esta tendencia es alimentada por esa clase media de personajes que no fueron mulatos ni zambos sino orgullosamente criollos que han viajado a España a encontrar ese mundo civilizado que tan incivilizado fue durante la conquista vino a destruir gran parte de la tradición precolombina , a dejar un legado religioso que opacó nuestros mitos originales, y a imponer reglas de vida de un continente viejo en tierras vírgenes.

Las invitadas al shower se fueron contentas y el librero se quedó atrás arreglando los libros que no escogieron y quizás si no llega nadie a la puerta, mire un libro de recetas en la sección de cocina y piense que sería bueno tenerlo en casa.

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