Una Biblia en Portugues.

Él es un hombre tímido que viene de provincia y entró a la librería por casualidad. La mayoría de los transeúntes de la séptima pasan sin mirar y algunos de los entran lo hacen con cierta precaución. Acepto, la librería está escandalosamente llena de libros, y a veces la gente no entiende cómo podemos conseguir entre todos ellos exactamente el libro que quieren. Esta vez, el señor de provincia me dijo que se quedaba sólo un día en Bogotá. Había llamado a su casa, en Bucaramanga, más exactamente en un pueblo cercano y su hermana le había dicho que si le podía pedir un encargo ya que estaba en la capital.

El tema de los encargos es adorable en este país ; basta con que alguien salga de la frontera imaginaria de las ciudades para que a unos cuantos metros ya exista algo que en el otro lado no hay. Así que su hermana le encargó una Biblia en portuguéspues su novio cristiano estaba aprendiendo el idioma y quería leerla.

Lamentablemente le dije que no había Biblias, y tampoco había Biblias en portugués. Me miró triste y cabizbajo, como si fuera un explorador que tuviera que regresar a casa, diciendo que no sirvió para nada el viaje a la capital.
Al ver su de consuelo, le pregunté:
_Conoce Usted bien esta ciudad?
_ He venido un par de veces, solamente , me contestó
-No se preocupe, le voy a dar la dirección de la casa do Brasil, a lo mejor ahí pueden indicarle dónde se consiguen las Biblias en portugués.

Sin saber el fin de la historia, me quedé pensando que en Colombia, sin importar el lugar, hay gente para todo y libros para todos

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