La curiosidad de los ojos.

Entra a la librería un señor, diciendo:
_Yo nunca había venido y le estoy siendo infiel a su competencia.
Yo lo miro y le contesto sonriendo
_ La infidelidad no es grave, es mejor ser leal.
El señor se presenta, y me dice que es curioso de todo, y que por eso había entrado, por curiosidad.

Sentado ya más en confianza al haber tomado unos libros en su mano, me dice que ha leído mucho y que tiene una gran colección en casa. Es médico está a pocos pasos de su consultorío de oftalmología y le interesan por todos los temas ,desde los libros de teología hasta la evolución de Darwin. Trato de abarcar tan vastos temas en mis manos y le presento mis mejores selecciones. Ante ellas, el médico me dice haber leído en su mayoría todas. Así que, como segunda opción le sugiero que se tome un café y mire con calma,
- Aquí el tiempo es lento, como dicen en italiano, tempo lento, le digo pausadamente. Tómese el tiempo que le sea necesario aquí nadie lo presionará ni le dirá que por favor se vaya pues hay alguien más esperando.
El médico acepta y tomando ahora otros libros fuera de su temática predilecta, degusta el café corto y negro y los dos pequeños merengues con entusiasmo.

Me pide unos libros así que me siento y le tomo los datos a mano.
-Se los buscaré y que cuando los consiga, lo llamo.
Antes de pararme le muestro un libro nuevo que había llegado recientemente acerca de la relación de los animales en la mística y ciencia precolombinas. Fascinado lo reserva, mira su reloj, diciendo
_Se me ha hecho tarde pero volveré.
_.No hay problema, lo importante es ser leal y apenas encuentre un libro para Usted lo escondo para que nadie se lo lleve, le digo despidiéndole .

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