Me gusta mi trabajo pues al entrar olvido mis logros o quien he sido y estoy en la humilde posición de un conocedor de libros que los vende porque sabe que harán efecto en el alma del comprador, además me encanta que todos los que entran son libres para hablar de sus sentimientos y para compartir sus opiniones.
Así es como los tres intelectuales que vienen de planta, un escritor reconocido, su sobrino y un amigo fiel se sientan a discutir sobre su próximo libro de economía. Vienen siempre, todas las semanas deseando sentirse como cómodos como en casa, sin embargo allí están solos y no se encuentran rodeados de fuentes de inspiración en cada esquina.
Les llevé lo que habían pedido: una aromática, un té helado y dos tintos y los acompañé con galletas de chocolate que al principio rechazaron pero luego fueron devoradas cuando la conversación se volvió más amena y el descanso del almuerzo ya había tenido su efecto.
Uno de ellos, el escritor me dijo:
--Niña, que piensa de estos títulos: En América Latina, estudio del conocimiento y del progreso, o en América Latina estudio de la creatividad y desarrollo. Escoja uno,
me dijo en un tono cordial
.-Me quedé pensativa unos segundos con la bandeja metálica decorada con un afiche de CocaCola de los años 30, que llevaba en las manos y le dije:
-El primero ya lo he olvidado, en realidad soy mala para los nombres y prefiero sentir más las palabras, el segundo título se me hizo interesante, pero es muy largo , así que quizás sea mejor: "La creatividad y el desarrollo en Latinoamérica”.
El escritor alzó el brazo en mi dirección y dijo :
_Ahí está el título!
Y pensé que no hay nada mejor que un trabajo donde soy anónima de conocimientos y tan sólo comparto lo que sé.
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